Historia de Neopets:
Los marineros de la Isla de Krawk despertaron un día con su isla entre unos tentáculos gigantes que salieron del mar. Sin pensarlo mucho, siguieron con sus asuntos. Después de todo, la Isla de Krawk ya era conocida por sus ocurrencias extrañas; ¡una vez hasta desapareció por un día entero!
Más tarde esa semana, los piratas despertaron de sus sueños para encontrar que la Isla de Krawk se había desvanecido. Los tentáculos también habían desaparecido, aunque a esos nadie los extrañaba. Todo lo que quedaba era un pedacito de isla con una choza solitaria sobre ella.
Pasaron días sin señales de todos esos lindos doblones, las monedas nativas de la isla. Los marineros estaban preocupados; ¿a dónde se fue la isla? ¿Volvería o tal vez la habían ofendido demasiado? ¿Y cuándo volvería el Club Gourmet?.
La choza le pertenecía a Gavril McGill, un habitante modesto con grandes planes. Como era el único que quedaba de la Isla, él se encargó de organizar a los demás para averiguar lo que había pasado. Piratas intrépidos y marineros navegaban por los mares de Neopia buscando su hogar perdido. Se encontraron muchos tesoros, pero a su vez, muchos capitanes cayeron por la borda, por razones inexplicables.
La verdad era peor de lo que habían imaginado: La Isla había sido víctima de un ataque del monstruo del mar. Al parecer, la misma estaba formada por varios islotes amarrados al suelo del mar con cuerdas y anclas. En el océano, un monstruo marino estuvo mordiendo las cuerdas. Como calamares, pero más grandes, los monstruos del mar siempre fueron una leyenda. Pero este monstruo del mar no era ningún mito.
Reparar la Isla de Krawk fue un trabajo arduo que incluyó remolcar los islotes de vuelta. Gavril organizó un nuevo plan para este terriotorio, mientras las piezas empezaron a volver, y bajo su dirección, la Isla de Krawk fue recreada con esos cientos de islotes. Se dice que los túneles cerca de la Cueva de los contrabandistas son totalmente diferentes ahora, pero pocos piratas saben cómo llegar allí.
La Isla tiene ahora un centro espléndido conocido como el Muelle de Warf, y también la hermosa mansión para el nuevo gobernador, Gavril McGill. Los piratas no son muy demócratas, es cierto, sin embargo, todos acordaron que el Sr. McGill se precipitó un poco al nombrarse gobernador a sí mismo...
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