Lo que nadie dice sobre la pandemia

 Lo que nadie dice sobre la pandemia

Debería escribir cientos de hojas si fuera a resumir las contradicciones que ha habido en torno a la pandemia, contradicciones de los propios voceros y profesionales supuestamente calificados para hablar del Coronavirus. Desde la OMS, recomendaron el uso de mascarillas a comienzos del 2020 para luego decir que eran dañinas… hasta nuevamente recomendarlas (y volverlas obligatorias). Y ahora tenemos que esta organización comenzó a respaldar investigaciones que, a su vez, también habían desmentido: que las mascarillas son dañinas en menores de 10 años.

Otra de las grandes contradicciones surgió en torno a la cepa británica, primero negaron tajantemente que sea más letal, pero después, las autoridades inglesas “descubrieron” que dicha cepa es hasta un 30% más mortífera que las otras conocidas.

Quiero hablar ahora de aquella información pasada por alto en los medios de comunicación más masivos, información no solamente omitida a propósito siendo que se trata de cuestiones centrales, sino que las pocas veces que algún periodista se ha animado a preguntar, sólo obtuvieron evasivas.

El médico Julio Méndez publicó en Twitter: “En la medida que se pone a competir a las nuevas variantes del virus (ej. la P1 brasileña) en un ambiente con población vacunada parcialmente (porque están con la primera dosis) se generan las condiciones para que el virus pueda mutar y escapar a la protección que nos dan las vacunas”. 

Esto que significa que aquella “cura” a largo plazo que se espera de las vacunas, puede estar ahora mismo condenándonos a sufrir mutaciones del virus, ya que apenas un mínimo porcentaje de la población mundial ha podido vacunarse siguiente el cronograma indicado. La gran mayoría de las personas sólo tienen (con suerte) la primera dosis. En caso de contagiarse de Coronavirus, entonces éste podría mutar en su cuerpo. Desconozco si es porque se encuentra con el virus dormido o cuál es el motivo que lleva a dicho proceso.

Capaz que, en el afán de no generar pánico, pero, sobre todo, casi obligarnos a aceptar vacunas experimentales, es que este tema no se menciona.

Siguiente cuestión que me resulta también chocante: la contradicción entre los propios infectólogos en cuanto a la capacidad de las vacunas de neutralizar las nuevas cepas. Algunos dicen de manera muy fanática que las vacunas actuales son todas efectivas y por lo tanto debemos inocularnos ni bien sea posible. Algo por cierto bastante traído de los pelos y hasta anti-científico, ya que tampoco se han explayado mucho más en la respuesta. Otros, sin embargo, dicen que aún es muy pronto para saberlo y se está investigando. No obstante, ya hay portales informativos que detallan sobre la gran pérdida de efectividad ante las nuevas cepas (y de cierta forma, respaldado por Julio Méndez) así como el hecho de que una mutación en particular -la francesa- puede incluso pasar inadvertida en el testeo. 

Otra de las grandes interrogantes que he leído en redes sociales, y tampoco fue respondida por el especialista a quién se consultó, es la siguiente: “Hay una vacuna que ocasiona trombosis y embolia. Varios países ya la suspendieron. ¿Qué pasa si también se descubre TARDE que las vacunas ya administradas producen efectos adversos graves? ¿Cómo se arregla eso?”.
Quien consulta se está refiriendo a la vacuna AstraZeneca.

Ojalá el especialista, utilizara un poquito de su tiempo en contestar en vez de gastar horas y horas haciendo campaña pro-vacunas sin escuchar las dudas razonables que todos tenemos.

A continuación, voy a enumerar las variantes /cepas/mutaciones que hay hasta el momento. De esto, tampoco se habla.
-    Cepa inglesa
-    Cepa italiana
-    Cepa ucraniana
-    Dos variantes de la brasileña P-1 Y P-2
-    Cepa sudafricana
-    Cepa francesa
-    Mutación entre la brasileña y la británica

A su vez, la llamada “Inmunidad del rebaño” se encuentra bastante lejos. Si tomamos en cuenta la cantidad de mutaciones que están ocurriendo en distintas partes del planeta, así como su aceleración en el tiempo, parece bastante lógico concluir que la velocidad en la aplicación de vacunas, pero, sobre todo, el tiempo de inmunidad (unos 6 meses) no lograría un escenario en donde más del 70-75% de la población esté inmunizada al mismo tiempo. 

Entre que es posible ser “portador” y contagiar el virus aun teniendo la vacuna y luego, ir perdiendo de a poco esta protección (sumado a que mucha gente no desea vacunarse) lo veo extremadamente complejo. Me da la sensación que siempre vamos a estar conviviendo con nuevas cepas, mutaciones y el Covid-19 hasta que se logre alguna inmunidad natural como sucedió con la gripe española, sin embargo, para esto, tuvo que fallecer la tercera parte de la población del planeta...

Si agregamos la ineptitud de los gobiernos para hacer frente al día a día, las vacunas periódicas que ofrecen seguridad limitada y llegan en cuentagotas, el cansancio y la incertidumbre general, el reciente hallazgo de que las cepas pueden combinarse y generar un súper coronavirus, conviviendo más de una variante distinta en el paciente infectado, además, la ineficacia de la vacuna (algunas apenas logran el 50% y otras incluso menos) en fin, me parece bastante utópico ver apenas algo de luz. Y esto no es con ánimo de generar pesimismo, sino de enfrentar los hechos tal cual son. Un deber que nos queda como ciudadanos ante tanto silencio.

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