Libros de búsqueda, busca y encuentra

Libros de búsqueda, busca y encuentra

Cuando era chica a mediados de la década del 90, llegó a Uruguay la novedad de los libros "Buscando a Wally" junto con una campaña de marketing espectacular (hasta había propaganda en tv presentando este producto tan innovador donde, el objetivo principal era encontrar a un muchacho en un paisaje cargado de objetos). También tenía su propio dibujo animado. En la escuela, hablábamos bastante del libro y ya que vivía en una zona céntrica del departamento de Durazno, tuve la suerte de tener dos papelerías en la misma cuadra.

Allí “conocí” por primera vez este libro, así que, junto con unas amigas de la escuela aprovechamos y fuimos un día. Justo en la entrada había una repisa con varios ejemplares y nos pusimos a jugar con el libro. Estuvimos varios minutos tratando de encontrar a Wally hasta que finalmente, una amiga cantó victoria.

Seguimos un rato más buscándolo en otras páginas, pero no nos resultó posible hallarlo. Al final, desistimos. A nuestra corta edad nos pareció una tarea imposible, y eso que el libro está recomendado para niños a partir de los 3-4 años. 

La vista se nos iba entre todos los objetos, los diálogos, las viñetas, las situaciones insólitas, pero no pudimos. Comprendimos que era necesario sentarse un buen rato en tranquilidad y, sobre todo, tener mucha paciencia.

A pesar de haber tenido esa experiencia bastante entretenida, seguíamos convencidas de que no valía la pena comprar un libro donde el contenido principal era la búsqueda de un personaje y así en cada página. Una vez encontrado, ya perdía la gracia y de alguna forma, el libro había cumplido toda su utilidad. También recuerdo que, para la época, era bastante costoso y por este motivo, menos entendíamos aun a quienes lo compraban. Pero lo anterior justamente ocasionó un hecho bastante insólito: con el correr de los meses, el libro Buscando a Wally pasó a representar un símbolo de alto status...

No todos tenían el poder adquisitivo para comprar uno, cuya diversión por otra parte, parecía superflua. Algo así como un gasto importante en una actividad efímera. De esta forma, se convirtió en un producto que representaba a una clase social determinada. Los compañeros de escuela más pudientes, tenían con el correr del tiempo, su libro de "Buscando a Wally". Si el símbolo de status hubiera sido un muñeco con cabeza de mamadera, sin dudas lo habrían adquirido también.

No recuerdo si el día que fuimos a la librería, advertimos que en la última página siempre viene un listado con otros objetos para buscar, así que no sólo se limitaba a Wally. De todas formas, recién unos 10 años más tarde los libros empezaron a incluir actividades extras, más aventuras y otros desafíos de búsqueda vinculados a más personajes del mundo de Wally.

Un tiempo después, en un viaje hacia Argentina con mi familia, encontramos una papelería donde tenían libros de un estilo muy similar, pero eran bastante más económicos y, también, había que buscar más de 500 objetos. Sin duda quedé impactada porque cuando lo hojeé por curiosidad, jamás pude despegarme de estos libros, llamados generalmente: “Busca y encuentra” o "libros de búsqueda". Durante el tiempo que mis padres estuvieron en la papelería conversando con el dueño, fui incapaz de separar la vista del libro. 

Tenía en mis manos el tomo: “Dinosaurios, perdidos en el tiempo” de la colección “¿Dónde están todos?” de Tony Tallarico.

Dinosaurs Lost In Time Search & Find Book

Se trata de un ilustrador estadounidense que desde finales de la década del 80' y comienzos de los 90's, viene editando materiales de búsqueda, pero también, ilustrando cómics, diarios, colecciones de libros de otras temáticas, etc. Por eso me enganchó su estilo, similar a las historietas de esa época.

Me compraron uno, pero la verdad que me los hubiera llevado todos. Los siguientes años que volvimos a Argentina, siempre pasábamos por la papelería. Así fui consiguiendo los volúmenes pertenecientes a dicha colección.

Ya “de grande” perdí esperanzas de conseguir algún otro de este autor, (me informaron que no se distribuían en Uruguay) y por motivos varios, dejamos de ir a Argentina.

Recuerdo que en Tienda Inglesa de Atlántida volví a reencontrarme con los libros de “Buscando a Wally”, lástima que no estaban a simple vista, es más,  sólo había un volumen entre pilas de otros cuentos infantiles. Me lo compré un poco ilusionada porque la carátula estaba repleta de objetos perdidos.

A la hora de empezar a hojear el libro, me desilusioné un poco ya que muchas búsquedas eran de elementos extremadamente diminutos (y luego de añares, aún sigo sin encontrarlos) así como actividades demasiado infantiles. Me cuesta entender como en el mismo libro, las búsquedas son tan difíciles (ni siquiera con una lupa) pero a su vez, tienen juegos para niños de jardín. Dudo que estos puedan tener la agudeza visual necesaria para lograr el cometido del libro, que ahora no solamente es encontrar a Wally, sino otros objetos que va pidiendo.

Tampoco me gustó que mezclara páginas con actividades específicas del estilo: “Busca la Diferencia”. Para eso, me compro un libro que incluya dicha actividad.

El libro en cuestión era: “A la caza del cuadro escondido” (foto de arriba) y hasta ahora me sigo preguntando si la compra valió la pena porque algo que definitivamente no cambió, fue su alto costo. Sin embargo, con el pasar de los años y no encontrar aquellos libros de la infancia, sumado a que no había colecciones similares, es que compré todas las ediciones de Wally… así que pude saciar esa sed de buscar objetos perdidos.

Recién terminando la segunda década de vida, es que, en una Feria del Libro de la Intendencia de Montevideo, encontré algo medianamente parecido a un libro de “Busca y encuentra” (si bien este era su cometido, las ilustraciones fueron creadas digitalmente, algo que no había visto hasta el momento). Me refiero a “¿Dónde está? Busca y encuentra”.

Quienes lo conozcan, sabrán que también está dirigido al público infantil, pero me alegró ver otras alternativas a “Buscando a Wally”. También encontré los llamados “Los Trotamundi”, aunque no los adquirí porque nuevamente sentía que estaba cayendo en la compra de libros para niños, por más que a mí también me divertía el universo de búsqueda. Capaz que me equivoco y algún día si los consigo, resulten ser para todo público.

Al mismo tiempo, mientras buscaba libros alternativos a Wally, me topé con los llamados Juegos de Búsqueda para la Pc, las series de Mystery Case Files (MCF) fueron totalmente innovadoras porque introdujeron historias muy bien armadas, animaciones, varios objetivos aparte de “buscar y encontrar” (acertijos, juegos de lógica) y, además, eran juegos bastante extensos.

Jugué alrededor de 100 de estos, siendo el primero Mystery Case Files: Huntsville.

Mystery Case Files: Huntsville.

A medida que el tiempo fue pasando, aparecieron blogs con la posibilidad de bajarlos de manera gratuita, allí se volvieron mucho más populares y había algunos sitios que ni bien salía uno nuevo, lo crackeaban y dejaban a disposición para que pudiéramos descargarlo. El blog del reconocido Mago Nico fue fundamental para esto. Luego, con los dispositivos móviles y la paulatina creación de aplicaciones, los juegos de búsqueda tardaron en llegar, pero una vez que aparecieron los primeros, siguieron replicándose rápidamente. 

Los que aparecieron al principio no eran de los mejores (sus gráficos, historias y screens eran más bien limitados), hasta que en el año 2016 surgió June’s Jorney. Una app que ya venía apostando a los juegos de búsqueda, pero que se consagraría más adelante con historias atrapantes, mucho trabajo visual, la posibilidad de diseñar una ciudad en una isla (sumando de esta forma la emulación de juegos como SimCity) y más recientemente, añadió un café virtual donde es posible conversar con jugadores de cualquier parte del mundo, así como formar equipos donde hay competencias semanales con la entrega de premios.

June's Journey app game

Ya que las apps se volvieron virales (no sin antes, haber también juegos gratuitos de este rubro en Facebook), es que los blogs de juegos portables y descargas, (y algunos de estas descargas ocupaban varios Gigas en el disco duro) empezaron a dejarse de lado. Los blogs disminuyeron paulatinamente la publicación de nuevos archivos crackeados, como veíamos, era muchísimo el espacio que ocupaban en el disco duro. En algunos casos opté por dejar sólo el instalador y borrar el juego así liberaba algo de espacio. De querer jugarlo otra vez, lo instalaba nuevamente y asunto arreglado.
Parece una realidad tan lejana y de bastante trabajo para aquel momento, pero fue hace apenas unos años.

Como decía, ahora tenemos a nuestra disposición aplicaciones móviles sobre cualquier tipo de entretenimiento, es una ventaja que se multipliquen tan rápidamente y le den al usuario todas las soluciones que busca. Cuando miro para atrás y recuerdo lo difícil que resultaba a veces encontrar sitios con los juegos comprimidos (algunos hasta había que descargarlos en 6 partes), y la cantidad de horas que demoraba en instalarse por primera vez si no teníamos una buena conexión, es que hoy en día parece mentira haber atravesado estas situaciones con gusto y mucha ansiedad para terminar de bajar cada uno de los juegos. A cada rato viendo que la barra del 100% de descarga fuera completándose poco a poco. Si habrán sido otras épocas, que incluso mirar el Desfragmentador del Disco resultaba divertido.

Con una disponibilidad casi infinita de aplicaciones sobre “juegos de búsqueda”, es curioso porque también encuentro que se han popularizado más aun los libros de este estilo. Lejos de ser sustituido el papel por lo digital, encontré que muchos libros de Wally han sido re-editados con nuevas búsquedas y actividades. También hay nuevas empresas creando libros similares, pero, sobre todo, gracias a los medios digitales y las páginas de compra online, es posible adquirir libros de otros países y en otros idiomas, a precios totalmente convenientes y a veces incluso, mejores que los del propio país (¿qué loco, no?).

Ahora, me encuentro participando de eventos internacionales en la app de June’s Journey, junto a un equipo formado por gente de todo el mundo: Sudáfrica, Canadá, Turquía, EEUU, Francia, México, entre otros. Nos juntamos un rato todos los días a conversar en un horario común, si bien no es obligatorio. Las competencias son 1 o 2 por semana y estas implican distintos desafíos. A su vez, también incluye otra parte que es la clásica de buscar objetos y cumplir misiones que ayuden a los protagonistas del juego.

En este 2020, tuve la suerte de encontrar otro libro sobre unos personajes muy cómicos, llamados “Xunguis” que también tienen situaciones extremadamente pintorescas. Conseguí una edición de bolsillo que abarca una colección de 5 libros y recientemente hace unos meses, ya en el 2021, encontré otro libro de estos mismos personajes, llamado “Xunguis entre dinosaurios” (¡qué casualidad, también trata sobre Dinosaurios como aquel primer libro adquirido en Argentina!) y de estos personajes, he visto que ya hay muchísimas ediciones nuevas.

Los Xunguis - Dinosaurios

Tuvo que pasar más de dos décadas para poder encontrar esta clase de libros con facilidad y también, todo este tiempo para poder tener a disposición juegos de dicha temática. Podría decir que valió la pena la espera, pero la verdad que ¡Ojalá hubiera ocurrido mucho antes!

Cabe mencionar que las revistas “Disney Explora” y “Genios” también incluían páginas con escenas divertidas para buscar objetos perdidos. Las tengo guardadas hasta hoy :)

Palabras clave: Busca y Encuentra, Seek and Find, Search Objects, Search Books, Libro de Objetos Perdidos, Buscando a Wally, Search and Find Games, Buscar Objetos Ocultos, Hidden Objects.

Diego "Gelmi" Gelmetti - Disney Explora
Diego "Gelmi" Gelmetti - Disney Explora

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