Dolor de muela - cuento breve

 Dolor de muela, cuento

Suena el despertador, son las seis de la mañana, Roberto se levanta con un fuerte dolor de muela.

Se prepara una torta de jamón y queso. El pan está un poco duro, duda en darle una mordida. Finalmente se anima.

El dolor le había impedido cenar una noche antes, más que ánimo tenía hambre.

Mastica con cuidado del lado derecho, cuidando no masticar por el lado izquierdo que tenía inflamado. Continua, lentamente, de pronto sucede lo predecible, mastica y lastima nuevamente la muela, puede sentir como todo su cuerpo se estremece, su espalda queda erguida a todo lo que da. Después de ese calambre que siente desde la muela hasta la punta del pie, se imagina cómo la sangre comienza a recorrer entre sus encías engrandecidas.

El dolor irradia hasta su pómulo, cierra los ojos, siente los latidos de su corazón en sus sienes.

Camina tres pasos a la derecha y dos a izquierda, abre el refrigerador y lentamente deposita los restos de su desafortunado desayuno, cuenta tres ladrillos más a la derecha y levanta el auricular, llama a Verónica, su asistente, le pide que le haga una cita con el dentista en la noche.

Transcurre la mañana, la tarde y parte de la noche, durante todo este tiempo el mal humor se apodera de Roberto, hace un esfuerzo por mantener la calma.

Llega al consultorio, es la primera vez que va allí, se siente desorientado, le indican donde se encuentra la sala de espera, toma siento.

Llega su turno, trata de calcular los pasos desde su asiento hasta la puerta del consultorio.

Le pregunta el dentista:

- ¿Qué tal Roberto? ¿Cómo se siente?

Mientras se acomoda en el mueble, a pesar del mal humor Roberto bromea:

- Hermano, en todo el día no he visto luz por el dolor.

El médico sonríe y le contesta:

- Se escucha curioso viniendo de un invidente como tú…

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