En
1665 el científico inglés Robert Hooke observó, mediante un microscopio
fabricado por él mismo, que las láminas de corcho que examinaba estaban
compuestas por unas pequeñas celdas semejantes a las de un panal de
abejas: Hooke bautizó su descubrimiento con el término "célula".
Posteriormente, se determinó que las células no estaban vacías sino que
contenían una sustancia acuosa llamada citoplasma, y ya en el siglo XIX,
se empezaron a identificar algunos órganos celulares. Los trabajos de Mathias Schleiden y Theodor Schwann, en 1838 y 1839 respectivamente, establecieron los principios de la teoría celular que aún continúa vigente.
¿SABÍAS QUE...? Uno de los pioneros del estudio de la célula y de los organismos microscópicos fue Antoni van Leeuwenhoek (1632-1723). Este comerciante holandés construyó como pasatiempo un microscopio de 300 aumentos, un logro que no pudo igualarse hasta el siglo XIX con el invento del microscopio compuesto. Leeuwenhoek descubrió los glóbulos de la sangre, el sistema de capilares y los protozoos.
Conceptos resaltados en negrita:
EL TÉRMINO CÉLULA: La palabra célula proviene de cellulae, un término latino que significa pequeña celda o camarilla.
CITOPLASMA Parte: del protoplasma de la célula que rodea al núcleo, limitada por las membranas citoplasmática y nuclear.
LA TEORÍA CELULAR: Basada en cuatro principios, esta teoría enuncia que todos los organismos están formados por una o varias células, que constituyen la unidad morfológica y funcional de los seres vivos. Asimismo, la célula es la unidad genética o de perpetuación de los seres vivos, ya que todas las células provienen de otras células ya existentes.
Imagen de arriba: La primera célula que pudo ser observada por el ojo humano, fue la de una lámina de corcho.
La célula es la estructura más simple con capacidad para realizar por sí sola las tres funciones vitales. Está constituida por una membrana, llamada membrana plasmática, que contiene en su interior el citoplasma, una sustancia rica en agua. Todas las células poseen, además, información hereditaria codificada en sus moléculas del ADN. Sin embargo, no siempre presentan la misma forma: en función de diferentes factores pueden ser esféricas, cilíndricas, estrelladas... Dos de los aspectos que más influyen en la forma de las células son la función que desempeñan en el organismo y las tensiones existentes en las uniones entre ellas.
En 1665 el científico inglés Robert Hooke observó, mediante un microscopio fabricado por él mismo, que las láminas de corcho que examinaba estaban compuestas por unas pequeñas celdas semejantes a las de un panal de abejas: Hooke bautizó su descubrimiento con el nombre de célula . Posteriormente, se determinó que las células no estaban vacías sino que contenían una sustancia acuosa llamada citoplasma, y ya en el siglo XIX, se empezaron a identificar algunos órganos celulares. Los trabajos de Mathias Schleiden y Theodor Schwann, en 1838 y 1839 respectivamente, establecieron los principios de la teoría celular que aún continúa vigente.
El tamaño de las células es muy variable. Las más pequeñas son las bacterias y arqueobacterias, que miden menos de una micra, unidad que representa la milésima parte de un milímetro. Las células más grandes son las neuronas de las ballenas: su axon o cilindro eje puede medir varios metros de longitud. Para medir células se emplean las siguientes unidades de medida:
- La micra, que también recibe el nombre de micrómetro. Una micra equivale a –10 6 metros.
- El nanómetro o milimicra, que es la milésima parte de una micra y se utiliza para medir orgánulos celulares. Una milimicra equivale a –10 9 metros.
- El ángstrom, que se emplea para calcular la distancia entre las moléculas. Un ángstrom es diez veces más pequeño que una nanómetro.
No existe un promedio de vida celular, sino que cada tipo de célula vive un tiempo determinado. Un buen ejemplo de esta disparidad se encuentra dentro del cuerpo humano: algunas células del pulmón apenas viven ocho horas, mientras que las neuronas del cerebro, debido a su incapacidad para reproducirse, pueden durar toda una vida y sólo unas cuantas mueren por distintas razones, por ejemplo, enfermedades como el síndrome de Parkinson.
Conceptos resaltados en negrita:
CITOPLASMA: Parte del protoplasma de la célula que rodea al núcleo, limitada por las membranas citoplasmática y nuclear.
CAMBIOS DE FORMA: Muchas de las células que no tienen una pared celular rígida pueden presentar continuos cambios de forma mediante las prolongaciones citoplasmáticas que utilizan para moverse y alimentarse. Por el contrario, las células con pared rígida –las vegetales– mantienen su forma estable.
FUNCIÓN Y ESPECIALIZACIÓN: Cuanto más especializada está una célula, más se aleja del modelo estándar. Así, las células que componen los tejidos musculares suelen ser largas y más gruesas por el centro que por las puntas para poder contraerse y estirarse con facilidad. Otro ejemplo es el de las células de los tejidos nerviosos, que suelen tener numerosas ramificaciones para transmitir y recibir los estímulos.
LA UNIÓN CELULAR: La forma de las células que integran los tejidos y que no disponen de pared rígida depende de las tensiones que se generan entre células contiguas. Una prueba de ello es que, al extraer una célula de un tejido y colocarla en un medio de cultivo, la célula suele abandonar la forma que tenía en el tejido para adoptar una apariencia esférica.
EL NÚCLEO DE LA CUESTIÓN
Las células se clasifican en dos grandes grupos, dependiendo de si disponen o no de núcleo diferenciado. El núcleo es un órgano que se encuentra rodeado por una doble membrana en cuyo interior está el ADN o material genético. Las células que no poseen núcleo son las llamadas procariotas y son las más pequeñas y sencillas desde el punto de vista estructural. Dentro de las células procariotas sólo se incluyen dos tipos de organismos vivos: las bacterias y las arqueobacterias. Las células que cuentan con núcleo, las llamadas eucariotas, son las que componen el resto de seres vivos: los protozoos, las algas, los hongos, las plantas y los animales.
FUNCIONES VITALES DE LA CÉLULA
Por su condición de unidad mínima de vida, la célula realiza las funciones de reproducción, nutrición y relación. Se relaciona con su medio, ya que puede captar estímulos sencillos y reaccionar ante ellos. Por ejemplo, algunos organismos unicelulares que viven en charcas se dirigen hacia la luz, o bien huyen cuando notan sustancias tóxicas en el agua. A su vez, las células se reproducen mediante la división celular o mitosis. Por último, también se nutren: incorporan materia y energía para poder mantener sus estructuras celulares y realizar las funciones vitales.
ANALIZANDO CÉLULAS
Los elementos químicos que conforman los seres vivos reciben el nombre de bioelementos. Los principales bioelementos son el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno, el fósforo y el azufre. Los átomos de estos elementos se combinan entre sí dando lugar a moléculas, que por formar parte de los seres vivos se denominan biomoléculas. De éstas, hay algunas que son exclusivas de los organismos, y por eso se llaman biomoléculas orgánicas, como las proteínas o los azúcares. Sin embargo, otras biomoléculas se encuentran también en el mundo inorgánico, como los carbonatos y los fosfatos, que constituyen la parte mineral de los huesos.
Imagen de arriba: Bacilos de Koch. Estas bacterias están formadas por una sola célula procariota y transmiten la tuberculosis.
¿QUÉ ES LA TAXONOMÍA?
Ya los primeros observadores de la naturaleza, como Aristóteles, intentaron establecer categorías de seres vivos que compartieran características similares. Sin embargo, los limitados conocimientos de esos primeros estudiosos desembocaron en clasificaciones demasiado simples o arbitrarias. Por ejemplo, una antigua división del mundo vegetal distinguía únicamente entre hierbas, arbustos y árboles. No fue hasta el siglo XVIII que Carl von Linneo inició un estudio sistematizado de los seres vivos. Linneo fue el creador de los taxones o agrupaciones jerarquizadas de plantas y animales que aún sigue vigente.
¿SABÍAS QUE...? Uno de los pioneros del estudio de la célula y de los organismos microscópicos fue Antoni van Leeuwenhoek (1632-1723). Este comerciante holandés construyó como pasatiempo un microscopio de 300 aumentos, un logro que no pudo igualarse hasta el siglo XIX con el invento del microscopio compuesto. Leeuwenhoek descubrió los glóbulos de la sangre, el sistema de capilares y los protozoos.
Conceptos resaltados en negrita:
EL TÉRMINO CÉLULA: La palabra célula proviene de cellulae, un término latino que significa pequeña celda o camarilla.
CITOPLASMA Parte: del protoplasma de la célula que rodea al núcleo, limitada por las membranas citoplasmática y nuclear.
LA TEORÍA CELULAR: Basada en cuatro principios, esta teoría enuncia que todos los organismos están formados por una o varias células, que constituyen la unidad morfológica y funcional de los seres vivos. Asimismo, la célula es la unidad genética o de perpetuación de los seres vivos, ya que todas las células provienen de otras células ya existentes.
Imagen de arriba: La primera célula que pudo ser observada por el ojo humano, fue la de una lámina de corcho.
La célula es la estructura más simple con capacidad para realizar por sí sola las tres funciones vitales. Está constituida por una membrana, llamada membrana plasmática, que contiene en su interior el citoplasma, una sustancia rica en agua. Todas las células poseen, además, información hereditaria codificada en sus moléculas del ADN. Sin embargo, no siempre presentan la misma forma: en función de diferentes factores pueden ser esféricas, cilíndricas, estrelladas... Dos de los aspectos que más influyen en la forma de las células son la función que desempeñan en el organismo y las tensiones existentes en las uniones entre ellas.
En 1665 el científico inglés Robert Hooke observó, mediante un microscopio fabricado por él mismo, que las láminas de corcho que examinaba estaban compuestas por unas pequeñas celdas semejantes a las de un panal de abejas: Hooke bautizó su descubrimiento con el nombre de célula . Posteriormente, se determinó que las células no estaban vacías sino que contenían una sustancia acuosa llamada citoplasma, y ya en el siglo XIX, se empezaron a identificar algunos órganos celulares. Los trabajos de Mathias Schleiden y Theodor Schwann, en 1838 y 1839 respectivamente, establecieron los principios de la teoría celular que aún continúa vigente.
El tamaño de las células es muy variable. Las más pequeñas son las bacterias y arqueobacterias, que miden menos de una micra, unidad que representa la milésima parte de un milímetro. Las células más grandes son las neuronas de las ballenas: su axon o cilindro eje puede medir varios metros de longitud. Para medir células se emplean las siguientes unidades de medida:
- La micra, que también recibe el nombre de micrómetro. Una micra equivale a –10 6 metros.
- El nanómetro o milimicra, que es la milésima parte de una micra y se utiliza para medir orgánulos celulares. Una milimicra equivale a –10 9 metros.
- El ángstrom, que se emplea para calcular la distancia entre las moléculas. Un ángstrom es diez veces más pequeño que una nanómetro.
No existe un promedio de vida celular, sino que cada tipo de célula vive un tiempo determinado. Un buen ejemplo de esta disparidad se encuentra dentro del cuerpo humano: algunas células del pulmón apenas viven ocho horas, mientras que las neuronas del cerebro, debido a su incapacidad para reproducirse, pueden durar toda una vida y sólo unas cuantas mueren por distintas razones, por ejemplo, enfermedades como el síndrome de Parkinson.
Conceptos resaltados en negrita:
CITOPLASMA: Parte del protoplasma de la célula que rodea al núcleo, limitada por las membranas citoplasmática y nuclear.
CAMBIOS DE FORMA: Muchas de las células que no tienen una pared celular rígida pueden presentar continuos cambios de forma mediante las prolongaciones citoplasmáticas que utilizan para moverse y alimentarse. Por el contrario, las células con pared rígida –las vegetales– mantienen su forma estable.
FUNCIÓN Y ESPECIALIZACIÓN: Cuanto más especializada está una célula, más se aleja del modelo estándar. Así, las células que componen los tejidos musculares suelen ser largas y más gruesas por el centro que por las puntas para poder contraerse y estirarse con facilidad. Otro ejemplo es el de las células de los tejidos nerviosos, que suelen tener numerosas ramificaciones para transmitir y recibir los estímulos.
LA UNIÓN CELULAR: La forma de las células que integran los tejidos y que no disponen de pared rígida depende de las tensiones que se generan entre células contiguas. Una prueba de ello es que, al extraer una célula de un tejido y colocarla en un medio de cultivo, la célula suele abandonar la forma que tenía en el tejido para adoptar una apariencia esférica.
EL NÚCLEO DE LA CUESTIÓN
Las células se clasifican en dos grandes grupos, dependiendo de si disponen o no de núcleo diferenciado. El núcleo es un órgano que se encuentra rodeado por una doble membrana en cuyo interior está el ADN o material genético. Las células que no poseen núcleo son las llamadas procariotas y son las más pequeñas y sencillas desde el punto de vista estructural. Dentro de las células procariotas sólo se incluyen dos tipos de organismos vivos: las bacterias y las arqueobacterias. Las células que cuentan con núcleo, las llamadas eucariotas, son las que componen el resto de seres vivos: los protozoos, las algas, los hongos, las plantas y los animales.
FUNCIONES VITALES DE LA CÉLULA
Por su condición de unidad mínima de vida, la célula realiza las funciones de reproducción, nutrición y relación. Se relaciona con su medio, ya que puede captar estímulos sencillos y reaccionar ante ellos. Por ejemplo, algunos organismos unicelulares que viven en charcas se dirigen hacia la luz, o bien huyen cuando notan sustancias tóxicas en el agua. A su vez, las células se reproducen mediante la división celular o mitosis. Por último, también se nutren: incorporan materia y energía para poder mantener sus estructuras celulares y realizar las funciones vitales.
ANALIZANDO CÉLULAS
Los elementos químicos que conforman los seres vivos reciben el nombre de bioelementos. Los principales bioelementos son el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno, el fósforo y el azufre. Los átomos de estos elementos se combinan entre sí dando lugar a moléculas, que por formar parte de los seres vivos se denominan biomoléculas. De éstas, hay algunas que son exclusivas de los organismos, y por eso se llaman biomoléculas orgánicas, como las proteínas o los azúcares. Sin embargo, otras biomoléculas se encuentran también en el mundo inorgánico, como los carbonatos y los fosfatos, que constituyen la parte mineral de los huesos.
Imagen de arriba: Bacilos de Koch. Estas bacterias están formadas por una sola célula procariota y transmiten la tuberculosis.
¿QUÉ ES LA TAXONOMÍA?
Ya los primeros observadores de la naturaleza, como Aristóteles, intentaron establecer categorías de seres vivos que compartieran características similares. Sin embargo, los limitados conocimientos de esos primeros estudiosos desembocaron en clasificaciones demasiado simples o arbitrarias. Por ejemplo, una antigua división del mundo vegetal distinguía únicamente entre hierbas, arbustos y árboles. No fue hasta el siglo XVIII que Carl von Linneo inició un estudio sistematizado de los seres vivos. Linneo fue el creador de los taxones o agrupaciones jerarquizadas de plantas y animales que aún sigue vigente.
El
naturalista sueco Carl von Linneo (1707-1778) se inició joven en el
estudio de las plantas gracias a la influencia de su padre, un ministro
de la iglesia aficionado a la botánica. En 1727 empezó Medicina en la
Universidad de Lund (Suecia), pero al poco tiempo se trasladó a la de
Uppsala (también en Suecia) para poder disfrutar de su completo jardín.
Con 28 años publicó Systema naturae (Sistema natural), en el que
presentaba una nueva clasificación taxonómica de animales, plantas y
minerales. En 1751 salió a la luz su obra más influyente, Philosophia
botanica. En ella, Linneo proponía una clasificación natural de las
plantas basada en sus órganos sexuales. Este apasionado de la botánica
también contribuyó a la taxonomía animal, con otra clasificación
cimentada en su anatomía interna.
Carl von Linneo también fue el creador de la nomenclatura binómica con la que se designa en el ámbito científico a todos los seres vivos. Estos términos están compuestos por un primer nombre, que describe el género, y un segundo nombre que hace referencia a la especie, ambos en latín. El uso del latín se debe a que ésta era la lengua de cultura en la época de Linneo.
Los taxones que se utilizan actualmente son, de más concreto a más amplio: especie, género, familia, orden, clase, fílum y reino. El primer nivel corresponde a la especie, que se define como un conjunto de seres vivos que se parecen físicamente y se pueden reproducir entre sí dando hijos fértiles. Las especies que tienen características comunes se organizan en géneros, los géneros en familias y así sucesivamente hasta llegar al nivel superior: los reinos. Para ampliar las posibilidades de división, la taxonomía agrega el prefijo sub a las categorías anteriores: por ejemplo, subfílum, suborden...
Concepto resaltado en negrita:
TAXÓN: Cada uno de los grupos en los que la taxonomía clasifica a los seres vivos. Los taxones que se usan actualmente son, de menor a mayor: especie, género, familia, orden, clase, fílum y reino.
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